Debes invitarme a entrar

“No sé su nombre, jamás lo había visto en este piso, ni en este edificio, ni en ninguna otra parte excepto en el club…” Medita aterrada Susana. “Sólo usa efectivo, en el club nadie lo conoce, intentó dejarme pero yo fuí la que corrí tras él…”- recapacita. “Esto no puede ser nada bueno, no sé con quién me acabo de meter”- Concluye.

La expresión amable del chico no le transmite ninguna seguridad, Por el contrario, la expresión de susana le indica que está a punto de salir corriendo y gritando. 

Sé lo que estás pensando, y te entiendo, pero te prometo que no quiero hacerte daño. Te explicaré todo pero primero necesito que me invites a entrar en tu casa. Explicó el chico. 

Susana guardaba la distancia, y el miedo no la dejó reaccionar de forma razonable, por lo que asintió sin querer. 

No, no basta con decir que sí con la cabeza. Tienes que invitarme a entrar en tu casa Susana. Sólo así podré explicarte todo. Pero si me pides que me valla, te prometo que jamás me volverá a ver, ni en el club ni en ninguna otra parte por el resto de tu vida. Explicó el chico. 

“¿Nunca volveré a verlo? ¿Que pretende decir?, no sé si debería confiar en él, pero…” Razona en silencio Susana. Pero su rostro sigue diciendo “miedo”.

No soy lo que piensas, pero si te hace sentir mejor, al menos te diré cómo sé dónde vives. Una ocasión que te ví bailar en el club, quise acercarme pero había tantos chicos interesados en tí que pensé que no notarías a uno más, así que me acerqué a tu amiga, Lucy, y le pregunté acerca de ti, ella me contó dónde vives.”

Ella no lo haría. – Contestó Susana sacando un poco de valor.

Yo, soy bueno para sacar información, digamos que es algo que se me facilita. Contestó él. 

Por un momento Susana se tranquilizó y logró pensar:  Tal vez Lucy quiso “ayudarme” hablando de mí con él pero luego sintió que había hablado de más y tal vez por eso se puso rara la otra vez. Luego la culpa fué mayor y tal vez por eso se negó a acompañarnos al club esta ocasión. Tiene sentido. 

Susana recordó que dentro de su departamento en su habitación tiene un bolso que ya no usa dónde esconde un teaser con el cual pudiera defenderse en caso de que ser necesario.

Finalmente, y con una sonrisa nerviosa, Susana gira la llave abriendo la puerta de su departamento, y encendiendo las luces al momento que deja caer la llaves, por costumbre,  en un recipiente de cristal sobre una repisa bajo un espejo instalado en el mismo pasillo que da acceso al su sala. Dio tres pasos rápidamente pensando en llegar a su habitación y localizar el teaser cuando escuchó la voz del chico. 

Debes invitarme a entrar Susana. Dijo aún estando en el exterior.

“¿Qué le pasa? ¿Es alguna clase de supersticioso?” Pensó Susana. ¿Eres un vampiro entonces? Oye, si querías asustarme el momento ya pasó, así que deja de parecer misterios y entra de una vez. Contestó un poco más relajada. 

Supongo que eso bastará. Dijo él con una sonrisa dando el primer paso en el interior del departamento. Al momento, un sonido de algo rompiéndose hizo sobresaltar a Susana, que de un grito y con pequeño salto, se lanzó a los brazos del chico. 

¿Que fue eso? Creo que alguien entró a mi departamento? Puede ser un ladrón. Confesó con temor Susana. 

¿Tienes objetos religiosos? Preguntó con singular seriedad el chico. 

¿Objetos religiosos? ¿Que clase de pregunta? Supongo… Es decir, ¿Qué tiene que ver eso con el ruido? Me estás asustando de nuevo – replicó Susana. 

Vino de tu habitación, vamos a averiguarlo ¿Quieres? Dijo él llevando la del brazo.

Susana no estuvo muy de acuerdo pero, finalmente era el lugar al que quería llegar, pensando en el teaser. Al entrar a su habitación, susana suspiró de alivio al no encontrar a nadie ni ver rastros de haber sido robada. 

Sin embargo pudo localizar la fuente del ruido, un cuadro decorativo con la imagen del Arcángel Miguel que había colgado junto a la puerta del baño de su habitación cayó sobre la alfombra de su cuarto y se estrelló completamente el cristal y rompió el marco de madera. 

Bueno al menos ya sé que fue el ruido que oí. Comentó Susana. 

¿Esa imagen es tuya? Ya no podrás tenerla más aquí… Dijo el misterioso chico con un tono de seriedad similar al del asunto de “invítame a entrar”. 

De acuerdo, parece que te molestan las cosas religiosas, ¿Eres ateo? No tiene nada de malo, es decir no es que yo crea en eso pero… no sé, es asunto personal de cada quien. Comentó Susana.

No soy ateo. Sería absurdo de mi parte. No me molestan las cosas religiosas de ninguna manera. Pero no podrás conservarlo más aquí, no después de esta noche. Dijo con la misma seriedad. Luego se volvió para abrir el guardarropa de susana como buscando algo. Rápidamente vino a la mente de Susana el teaser que esconde. Y apenas iba a preguntar qué buscaba cuando él interrumpe: Separa la imagen del cristal y del marco roto, hazlo con cuidado que no se maltrate. Luego envuélvela en tela blanca o amarilla nada de color obscuro. ponlo sobre una mesa en una habitación que no valla ser utilizada durante esta noche y no recojas ni tires los cristales ni el marco hasta mañana. ¿Tienes velas? – Dijo el chico. 

Okey… lo de hace rato fue raro pero esto es extremo, ¿Seguro que no eres supersticioso? No sé si tengo velas pero qué importa el color y además no pienso dejar esto aquí toda la noche, es un simple cuadro –  alegó Susana. 

El chico hizo caso omiso del comentario de Susana, y sacó una prenda amarilla de su guardarropa, la arrojó sobre la cama y le contestó: Si no tienes velas una cruz de sal bastará, iré a buscar en la cocina, envuélvelo bien, sin dejar partes expuestas; y no lo la maltrates ni pienses en tirarlo, es una maldición. Ahora regreso. Diciendo esto salió de la habitación rápidamente. 

Continúa…

Publicado por applegreenapril

Amante de la literatura de ciencia ficción y fantasía, escritora reprimida :P y ilustradora amateur...

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